11. Otros productos

Las raíces y tubérculos son plantas que producen almidón derivado de sus raíces (por ejemplo, yuca o mandioca, camote o batata y ñame) o de sus tallos (por ejemplo, papas y malanga o taró). Se les destina sobre todo para consumo humano (en forma natural o procesada) y, al igual que la mayoría de los demás cultivos básicos, pueden también emplearse como forraje animal o para procesamiento industrial, en especial para la producción de almidón, alcohol y bebidas fermentadas. A menos que se les procese, son altamente perecederos una vez cosechados, lo cual limita la posibilidad de comercio y almacenamiento.

Dentro de la familia de las raíces y los tubérculos, la papa domina la producción mundial, en tanto que la yuca se ubica en un lejano segundo lugar. Con respecto a la importancia para la dieta en el mundo, la papa ocupa la cuarta posición, después del maíz, el trigo y el arroz. Este cultivo aporta más calorías, crece con mayor rapidez, utiliza menos tierra y puede cultivarse en una amplia variedad de condiciones climáticas. Sin embargo, la producción de papa, que constituye el producto mayoritario del sector de raíces y tubérculos en los países desarrollados, ha disminuido durante varias décadas y su crecimiento ha quedado a la zaga del demográfico.

La producción de yuca, que se cultiva sobre todo en el cinturón tropical y en algunas de las regiones más pobres del mundo, se ha duplicado en poco más de dos décadas y está aumentando a una tasa de más de 3% anual, casi tres veces mayor que la tasa del crecimiento demográfico. Vista tiempo atrás como un cultivo de subsistencia, la yuca es ahora considerada como un producto básico y fundamental para el valor agregado, el desarrollo rural, el alivio de la pobreza y la seguridad alimentaria y energética, así como para lograr importantes beneficios macroeconómicos. Dichos factores impulsan la rápida comercialización de este cultivo y las inversiones a gran escala destinadas a mejorar su procesamiento, lo cual contribuye en forma considerable a su expansión mundial.

Las regiones productoras de raíces y tubérculos más grandes en el periodo base son Asia (98 millones de toneladas [Mt]) y África (92 Mt). En África subsahariana, las raíces desempeñan un papel importante como cultivo alimentario básico. A nivel mundial, cerca de 125 Mt se utilizan como alimento, 54 Mt como forraje y 61 Mt para otros usos, sobre todo biocombustibles y almidón. Dado que el carácter perecedero de estos cultivos no permite un gran volumen de comercio internacional de productos frescos, los países tienden a ser autosuficientes. Ahora se comercializan cerca de 14 Mt a nivel internacional, en su mayoría en forma procesada o seca. Tailandia y Viet Nam son los mayores exportadores, y la República Popular China (en adelante, China) es el destino más importante de sus embarques.

La producción mundial de raíces y tubérculos sumó 237 Mt (en materia seca) en el periodo de referencia (2018-2020); en los últimos años se añadieron cerca de 5 Mt al año, mayoritariamente para consumo de alimentos. Los precios de las raíces y tubérculos (medidos por el precio de venta al mayoreo de la yuca [harina] en Bangkok) bajaron en 2020, motivados por el rendimiento favorable de muchas regiones productoras importantes. Las cantidades comercializadas en el ámbito mundial se incrementaron 0.5 Mt.

La producción de yuca requiere pocos insumos y otorga a los agricultores mayor flexibilidad para sincronizar la cosecha, ya que el cultivo puede permanecer en la tierra mucho después de alcanzar la maduración. La tolerancia de la yuca a condiciones climatológicas erráticas, incluso a la sequía, la convierte en parte fundamental de las estrategias de adaptación al cambio climático. En comparación con otros alimentos básicos, la yuca compite de manera favorable en términos de precio y diversidad de usos. En la forma de harina de yuca de alta calidad (HQCF), los gobiernos de África consideran de manera creciente a la yuca como un cultivo alimentario estratégico que no muestra los mismos niveles de volatilidad de precios que otros cereales importados. La mezcla obligatoria con harina de trigo ayuda a reducir el volumen de las importaciones de trigo y, por consiguiente, a bajar las facturas de importación y conservar el valioso tipo de cambio. El impulso hacia la seguridad energética en Asia, combinado con los requerimientos obligatorios de mezcla con gasolina, generaron el establecimiento de destilerías de etanol que utilizan yuca como materia prima. Respecto del comercio, la yuca procesada logra competir con éxito en el escenario mundial, por ejemplo, con el almidón basado en maíz y los cereales para la alimentación animal.

La papa, en general se destina al uso alimentario y es un componente sustancial de las dietas de las regiones desarrolladas, sobre todo Europa y América del Norte. Ya que la ingesta total de papa en estas regiones es muy alta y podría haber llegado a la saturación, el margen de aumento del consumo para superar el crecimiento demográfico sigue siendo limitado. Sin embargo, las regiones en desarrollo dan un cierto impulso al crecimiento de la producción de papa a nivel mundial.

El cultivo mundial de camote o batata disminuyó en los últimos años, debido sobre todo a una fuerte reducción de la superficie (que no parece aminorar) en China, el principal productor del mundo. La demanda alimentaria define en gran medida el potencial de crecimiento del camote o batata y otras raíces y otros tubérculos menos prominentes, a causa de la limitada viabilidad comercial para un uso diversificado. Por tanto, las preferencias del consumidor, junto con los precios, contribuyen de manera importante a determinar el consumo.

Se prevé que la producción y el uso a nivel mundial de las raíces y tubérculos se incrementarán cerca de 18% durante esta década. El crecimiento de la producción en las regiones de ingresos bajos podría alcanzar 2.3% anual, en tanto que la oferta en los países de ingresos altos debería crecer solo 0.3% al año. Se prevé que el uso mundial de la tierra se incrementará en 2 millones de hectáreas (Mha) para sumar 65 Mha, aunque habrá algunos cambios regionales. Se espera que los países africanos aumenten la superficie de cultivo de, mientras que en Europa y América se prevén reducciones. El crecimiento de la producción se atribuye primordialmente a la inversión en mejorar los rendimientos en África y Asia, así como a la intensificación del uso de la tierra en estas regiones.

Hacia 2030, una cantidad adicional de 1 kg/cápita al año de cultivos de raíces entrará a formar parte las dietas a nivel mundial, impulsada sobre todo por los consumidores de África, donde la ingesta per cápita de raíces y tubérculos podría ascender a más 40 kg al año. Se espera que el uso de los biocombustibles crezca, aunque a partir de una base baja (3% de uso), más de un tercio durante los próximos 10 años, estimulado por la industria de biocombustibles de China. El uso para forraje y otros usos industriales seguirán siendo importantes, aunque con un crecimiento más lento, de cerca de 12% y 18%, respectivamente, durante el periodo de las perspectivas.

El comercio internacional de raíces y tubérculos comprende alrededor de 6% de la producción del mercado mundial y se espera que a mediano plazo esta proporción se mantenga constante. Las exportaciones de Tailandia y Viet Nam van en aumento, y se espera que alcancen un total combinado de 13 Mt, que en su mayoría se destinarán a las crecientes industrias de biocombustibles y almidón de China.

Dada la posibilidad de sustitución entre las raíces y tubérculos y los cereales en los mercados de alimentos y de forraje, se prevé que a mediano plazo los precios de las raíces y tubérculos seguirán una trayectoria similar a la de los cereales; es decir, aumentarán los precios nominales, aunque los reales se reducirán.

Las legumbres son las semillas comestibles de las plantas pertenecientes a la familia de las leguminosas. Por lo común, se reconocen 11 tipos1 y aportan proteínas, fibra dietética, vitaminas, minerales, fitoquímicos y carbohidratos complejos. Aparte de sus beneficios nutricionales, las legumbres ayudan a mejorar la digestión, reducir la glucosa en sangre, disminuir la inflamación, reducir el colesterol en la sangre y prevenir problemas crónicos de salud como la diabetes, los padecimientos cardiacos y la obesidad. Sin embargo, sus niveles de consumo difieren de una región a otra, según los hábitos alimentarios, la disponibilidad y las condiciones prevalecientes.

El cultivo de legumbres ha sido tradicional por mucho tiempo en casi todas las regiones del mundo. Durante siglos, ha formado parte fundamental del funcionamiento de los sistemas agrícolas tradicionales. Antes de 2000, la producción mundial de legumbres se estancó debido a la desaparición generalizada de pequeñas granjas en los países en desarrollo, lo cual provocó que los sistemas agrícolas tradicionales, que incluían las legumbres en su rotación de cultivos, disminuyeran. La producción se vio entorpecida también por la escasa resiliencia de las legumbres a enfermedades debida a la falta de diversidad genética, el limitado acceso a variedades de alto rendimiento y la falta de políticas públicas de apoyo para sus productores. El sector comenzó a recuperarse a principios de la década de 2000 y, desde entonces, ha registrado un incremento anual de cerca de 3% a nivel mundial, encabezado por Asia y África. Estas dos regiones combinadas representaron cerca de 63% del incremento de la producción de 18 Mt durante la década anterior.

El consumo mundial per cápita de legumbres comenzó a bajar en la década de 1960 (Figura 11.2), debido a la desaceleración del rendimiento y los consecuentes incrementos de los precios. El aumento de los ingresos y la urbanización provocaron que la preferencia por las legumbres se redujera, a medida que en la dieta humana aumentaban las proteínas animales, los azúcares y las grasas. Sin embargo, las legumbres siguieron siendo una fuente importante de proteínas en los países en desarrollo, y su consumo mundial promedio per cápita aumentó a cerca de 8 kg/año hasta la fecha. Este crecimiento se debe sobre todo a aumentos de los ingresos en países donde las legumbres son una fuente importante de proteína; esto sucede en especial en India, donde los vegetarianos representan cerca de 30% de la población.

Las legumbres pueden procesarse en diferentes formas: enteras, partidas, en harina y en fracciones, como proteína, almidón y fibra. La harina y las fracciones tienen diversas aplicaciones en industrias como la de la carne y los aperitivos, la panadería y las bebidas, y productos para rebozado y empanado.

India es, por un amplio margen, el mayor productor de legumbres y representó cerca de 24% de la producción mundial en la década anterior. Canadá (8%) y la Unión Europea (5%) son los siguientes productores más grandes. Al mercado asiático corresponde más de la mitad de todo el consumo, aunque solo cerca de 45% de la producción, cifras que lo convierten en el destino de importación de mayor relevancia. Cerca de 12% de la producción mundial se comercializa en el ámbito internacional; por amplio margen, Canadá es el mayor exportador (38% del comercio mundial), en tanto que India es el mayor importador (29% del comercio mundial). En la década anterior, África aumentó su producción y su consumo, con lo que mantuvo en gran medida su autosuficiencia.

En 2020, el mercado mundial de legumbres alcanzó un volumen de 92 Mt, tras el crecimiento anual promedio de 3% registrado durante la década anterior, encabezado por Asia y África. Entre 2019 y 2020 se observó un alto crecimiento en la Unión Europea (+10%). Los volúmenes del comercio mundial se ubicaron en 18 Mt, 0.5 Mt más que en 2019. Debido a una amplia oferta, los precios internacionales de las legumbres, estimados por el precio de la arveja forrajera canadiense, bajaron a USD 186/t, su valor más bajo desde 2009.

Ya que las legumbres están relacionadas con varios beneficios para la salud, los consumidores conscientes de esto las incorporan de manera creciente en su dieta diaria, lo cual a su vez impulsa el crecimiento del mercado mundial de este producto. La rápida urbanización, los cambios en los estilos de vida y los ajetreados horarios de trabajo provocan también que la población activa opte por aperitivos saludables, por lo que las legumbres se usan cada vez más en el procesamiento de los productos alimentarios listos para el consumo.

Los beneficios para la salud y el medio ambiente explican por qué los gobiernos de los países productores de legumbres brindan ayuda a los agricultores y, por consiguiente, apoyan el crecimiento de este mercado. El apoyo a la producción de legumbres forma parte importante de la Estrategia de Proteínas de la Unión Europea y estos cultivos son el principal ingrediente de productos como los sustitutos de la carne. Dependiendo de la dinámica futura de la demanda de dichos productos, esto podría cambiar significativamente la importancia futura de las legumbres en la mezcla de producción agrícola.

Se espera que las legumbres recuperen importancia en las dietas de muchas regiones del mundo. En estas Perspectivas se prevé que la tendencia mundial en este ámbito permanecerá y que, en promedio, el uso alimentario per cápita anual se incrementará a 9 kg para 2030 a nivel mundial. Se prevé que el consumo per cápita se estancará en América Latina y África, en poco más de 12 kg/año, aunque se espera que durante esta década aumente en muchas otras regiones (Figura 11.2).

Según las previsiones, la oferta mundial crecerá en 22 Mt. Se espera que casi la mitad de este aumento provenga de Asia, en especial de India, el mayor productor del mundo. Se prevé que las mejoras sostenidas en el rendimiento aumentarán la producción nacional de India en 6.6 Mt adicionales para 2030. India introdujo semillas híbridas de alto rendimiento, apoyó la mecanización y estableció un precio de sostenimiento mínimo orientado a estabilizar los ingresos de los agricultores. Además, el Gobierno central y algunos gobiernos estatales incluyeron las legumbres en sus programas de contratación pública, aunque no con la misma cobertura geográfica que en los casos del trigo y el arroz.

Esta expansión esperada de la producción se estima partiendo del supuesto de una constante intensificación de los sistemas de producción de legumbres, motivada por el mejoramiento en el rendimiento y la intensificación del uso de la tierra. Cerca de 70% del aumento de la producción puede atribuirse al mejoramiento del rendimiento durante el periodo de proyección, y el restante 30% a la intensificación del uso de la tierra, sobre todo en Asia, África y Europa. En especial en África, se estima que la combinación de la expansión de la superficie y el crecimiento del rendimiento añadirá cerca de 0.5 Mt al año a la producción regional.

En estas Perspectivas se supone que el crecimiento estará apoyado en el aumento de los cultivos intercalados de legumbres con cereales, principalmente en Asia y África, donde los pequeños agricultores representan un gran porcentaje de productores. Las mejoras previstas en el rendimiento de las legumbres seguirán quedando a la zaga de los cereales y las semillas oleaginosas, porque en la mayoría de los países las legumbres no se incluyen en el desarrollo de variedades de alto rendimiento, mejores sistemas de riego y políticas de apoyo a la agricultura.

El comercio mundial de legumbres se incrementó de 13 Mt a 17 Mt durante la década anterior y se prevé que alcanzará 19 Mt para 2030. Las medidas recientemente emprendidas por India para alcanzar la autosuficiencia en legumbres son el factor que más impulsa la desaceleración anticipada del comercio mundial de este producto. Después de un incremento continuo a corto plazo, se espera que las importaciones por parte de India se estabilicen hacia 2030, cuando se prevé que llegarán a 5 Mt.

Canadá permanece como el mayor exportador de legumbres y se espera que los volúmenes crezcan de los 6.7 Mt actuales a 8 Mt hacia 2030, seguido por Australia, con 2.4 Mt de exportaciones para ese año. Sin embargo, a causa de que el principal socio comercial de Canadá es India, donde se espera que el crecimiento de las importaciones se desacelere, ambos países tendrán que diversificar sus mercados de exportación.

Se espera que durante los próximos 10 años, los precios internacionales aumentarán en términos nominales, en tanto que los reales bajarán ligeramente.

El banano y las cuatro principales frutas tropicales frescas —mango, piña, aguacate y papaya— son fundamentales en la producción agrícola mundial, especialmente para garantizar la nutrición y los medios de vida de los pequeños agricultores de los países productores. En las últimas décadas, el aumento de los ingresos y los cambios en las preferencias de los consumidores en los mercados emergentes, así como en los de ingresos altos, junto con el mejoramiento en la gestión del transporte y la cadena de suministro, facilitaron el rápido crecimiento del comercio internacional de estos productos básicos. Ante este panorama, las cantidades de exportación de las cuatro principales frutas tropicales frescas registraron uno de los crecimientos promedio anuales más rápidos entre los productos alimentarios comercializados a nivel internacional, en tanto que las cantidades de exportación del banano se elevaron a alturas sin precedentes.

Sobre la base de las cifras de 2019, las industrias exportadoras de banano y las principales frutas tropicales generan alrededor de USD 9.1 mil millones (Mm) y USD 10 Mm por año, respectivamente. Si bien solo cerca de 15% de la producción mundial de banano y 5% de la producción mundial de las principales frutas tropicales se comercializan en los mercados internacionales, en los países exportadores —en su mayoría economías de ingresos bajos—, los ingresos provenientes de la producción y el comercio pueden tener considerable influencia en el producto interno bruto agrícola. Por ejemplo, en 2018, el banano representó cerca de 42% de los ingresos por la exportación agrícola en Ecuador y 17% en Guatemala. Por consiguiente, el comercio de banano y de las principales frutas tropicales puede generar en los países productores ingresos importantes por la exportación. Por todas las razones subyacentes anteriores, es valioso evaluar la posible evolución futura del mercado de estos productos básicos agrícolas.

Desde el principio de la pandemia de COVID-19, el efecto de la propia enfermedad, así como de las medidas aplicadas para mitigarla, puso en peligro la continuación fluida de los suministros mundiales de banano y las principales frutas tropicales. Ambos factores repercutieron de manera notoria en la producción, el transporte, la distribución, la comercialización y el consumo de bananos frescos y de las principales frutas tropicales en 2020, cuando se informó de interrupciones y contracciones generalizadas. Al mismo tiempo, el aumento repentino de la demanda por parte de los consumidores de frutas ricas en vitaminas facilitó el rápido incremento del comercio de algunos productos básicos en ciertos mercados.

Por el lado de la oferta, los efectos adversos no solo de la propagación de la enfermedad, sino también de las medidas de distanciamiento físico, tendieron a ser más inmediatos y pronunciados para la producción y el comercio de frutas y verduras, que requieren mano de obra relativamente intensiva, que para la mayoría de otros productos básicos alimentarios, en especial los alimentos básicos. A causa de su naturaleza característicamente perecedera, las frutas y verduras frescas deben recolectarse y manejarse después de la cosecha de manera oportuna y bien coordinada, así como conservarse en cadenas de frío ininterrumpidas. Además, la exportación de algunas de las principales frutas tropicales, como el mango fresco, depende en parte del transporte aéreo. En muchos países productores, los retrasos relacionados con la cuarentena en puertos y fronteras, los cierres fronterizos, así como la extrema escasez de contenedores frigoríficos y capacidad de carga aérea, desaceleraron la actividad comercial, en tanto que los cierres de los mercados interrumpieron el acceso de los productores a los centros de distribución locales y nacionales. Se hicieron informes generalizados de productos que no se vendieron y consecuentemente se desperdiciaron, sobre todo las variedades más perecederas, como la papaya y la piña. La interrupción de las operaciones de las fábricas de insumos y de las rutas de importación disminuyeron la disponibilidad, y los aumentos de los costos de los insumos fundamentales para la producción y la distribución pusieron en mayor peligro la continuidad adecuada del suministro. Bajo estas circunstancias, la rentabilidad de muchas granjas y plantaciones resultó gravemente afectada, y fuentes de la industria informaron que los productores, en especial aquellos de pequeños a medianos, enfrentaron dificultades provocadas por la cancelación de pedidos.

Por el lado de la demanda, la rápida disminución de la actividad económica mundial tuvo efectos negativos en áreas como la incidencia mundial del desempleo, la pobreza, la desigualdad y la subalimentación. Según informes presentados, debido a la reducción de los ingresos de los consumidores, la demanda mundial de las principales frutas disminuyó, a causa de la alta elasticidad de los ingresos generados por la demanda para la mayoría de dichos productos básicos de alto valor. Además de los efectos causados en los ingresos, el cierre de escuelas, comedores, restaurantes, bares y hoteles en todo el mundo afectó seriamente los hábitos de consumo de alimentos. Si bien en la actualidad no se cuenta con cifras exactas, el consumo fuera del hogar de frutas tropicales, principalmente aguacates y piñas, puede representar un porcentaje considerable del consumo total en los mercados de importación clave.2 Esto se ha observado en especial en Estados Unidos de América (en adelante, Estados Unidos) y la Unión Europea, donde los distribuidores informaron sobre sus dificultades para vender sus productos, en especial la piña, a lo largo de los periodos de confinamiento.

Hasta este momento, ante los considerables retrasos y discrepancias en la comunicación de los datos, aún es difícil medir el efecto a corto plazo de la pandemia de COVID-19. También es incierto el efecto a mediano plazo, debido a que depende de la trayectoria de recuperación después de la pandemia actual y a que las proyecciones acerca del comercio de los productos tropicales serían sensibles a los diferentes supuestos de crecimiento económico. Dado su carácter en su mayor parte impredecible, los factores meteorológicos y climáticos añaden incertidumbre adicional a las perspectivas, como se analiza a continuación. Sin embargo, pese a estos factores de incertidumbre, se prevé que la producción y el comercio mundiales del banano y las principales frutas tropicales se elevarán con solidez a mediano plazo. Se espera que el crecimiento de la demanda en los países de ingresos altos, donde la concienciación en torno a la nutrición es cada vez mayor, así como la creciente demanda en países emergentes como China e India, impulsen las inversiones y la expansión de las zonas de producción de banano y de las principales frutas tropicales. De acuerdo con lo anterior, en las perspectivas se indica que la del banano y las principales frutas tropicales seguirá siendo una de las agroindustrias de crecimiento más rápido y de mayor valor en términos de sus perspectivas de comercio internacional.

Estimaciones preliminares indican que las exportaciones mundiales de banano, excluido el plátano, alcanzaron un nuevo máximo sin precedentes de 22.2 Mt en 2020, lo que representa un aumento de 1.7% en comparación con 2019. Este incremento se vio motivado por el fuerte crecimiento de la oferta en Ecuador, Costa Rica y Colombia, tres de los cinco principales exportadores. Según se informa, los tres países pusieron en marcha estrategias de mitigación de enfermedades en sus plantaciones en las etapas iniciales de la pandemia y, por tanto, lograron minimizar las alteraciones en su capacidad de suministro de banano a los mercados mundiales. Mientras tanto, las exportaciones de Filipinas, el segundo mayor exportador mundial, resultaron afectadas por graves dificultades surgidas del efecto de la pandemia en la producción nacional de banano, que al parecer tuvieron un efecto particularmente negativo en los productores a pequeña escala. Por consiguiente, los datos y la información preliminares indican que en 2020 hubo una contracción de 14% en las exportaciones de banano de Filipinas.

Sobre una base provisional, las cantidades netas mundiales de importación de banano ascendieron a cerca de 18.9 Mt en 2020. Se trata de un escaso incremento de 0.2% en comparación con 2019, lo cual refleja las presiones causadas por la pandemia sobre las cadenas mundiales de suministro, así como las presiones sobre la demanda en diversos mercados de importación fundamentales. Si bien se informa que la demanda en la Unión Europea se mantuvo fuerte, los datos preliminares indican una contracción de las importaciones de 0.1% en Estados Unidos, el segundo mayor importador después de la Unión Europea, debido a la disminución de la demanda. De manera más drástica, las importaciones por parte de China, el tercer mayor importador de banano a nivel mundial, disminuyeron 10% por las interrupciones en el suministro registradas en Filipinas, según estimaciones. Sin embargo, cabe mencionar que en la actualidad los datos comunicados respecto del comercio de banano muestran una gran discrepancia entre las exportaciones y las importaciones para 2020, que también pudieron deberse a retrasos o errores en la comunicación de los datos. La FAO supervisa continuamente los flujos mundiales de comercio del banano y, en caso de que se disponga de información más precisa, corregirá estas estimaciones.

Suponiendo condiciones climáticas normales y ninguna propagación más de enfermedades de las plantas, las proyecciones de referencia actuales esperan que la producción mundial de banano crezca 1.4% anual, para sumar 138 Mt en 2030. Al igual que en proyecciones anteriores, se pronostica que la demanda de banano se saturará de manera creciente en la mayoría de las regiones y se verá impulsada sobre todo por el crecimiento demográfico. Sin embargo, se prevé que en algunas economías que emergen con rapidez —sobre todo India y China— el acelerado crecimiento de los ingresos estimulará cambios en las percepciones sobre la salud y la nutrición y apoyará la demanda de banano más allá del crecimiento demográfico. En consecuencia, se espera que Asia siga siendo la mayor región productora del mundo con un porcentaje de 53%, y se prevé que India sumará 36 Mt y un consumo per cápita de 24 kg en 2030. Se espera que la producción de la principal región exportadora, América Latina y el Caribe, llegue a 36 Mt, apoyada por la creciente demanda por parte de los principales mercados de importación, en especial la Unión Europea, Estados Unidos, China y la Federación de Rusia (en adelante, Rusia). Los mayores exportadores de la región —sobre todo Ecuador, Guatemala, Colombia y Costa Rica— seguirán bien posicionados para beneficiarse de este aumento, suponiendo que el crecimiento de la producción pueda protegerse de los efectos negativos de los erráticos fenómenos meteorológicos y de los brotes de enfermedades. De igual manera, se espera que la creciente demanda de importaciones beneficie a algunos exportadores caribeños, en especial la República Dominicana y Belice, así como a las exportaciones de África —encabezadas por Côte d'Ivoire—, que se prevé aumentarán 1% anual durante el periodo de las perspectivas, para alcanzar una cantidad total de cerca de 0.75 Mt en 2030.

De acuerdo con datos preliminares, las exportaciones mundiales de mango, mangostán y guayabas frescas3 creció aproximadamente 2.3 Mt en 2020, lo que representa un aumento de 5.1% en comparación con el año anterior. Esto coloca al clúster de estos productos básicos como el segundo grupo con crecimiento más rápido entre las principales frutas tropicales en 2020, después de la papaya. El principal impulsor es la expansión de alrededor de 12% en las exportaciones de proveedores de América del Sur, que alcanzaron un estimado de 0.53 Mt en 2020. Las condiciones de producción favorables en Brasil y Perú generaron una fuerte oferta, lo que a su vez facilitó un aumento en las exportaciones de 12.8% y 11.4% para estos países, respectivamente. Mientras tanto, las exportaciones de México, el principal proveedor de mango a nivel mundial, registraron un crecimiento de 3% en 2020. Estos tres proveedores se beneficiaron de la amplia demanda de importaciones por parte de Estados Unidos, que, en consecuencia, informó de un incremento estimado de las importaciones de 10.7% en 2020. Por otra parte, las exportaciones de Tailandia se redujeron 18% por las interrupciones en la cadena de suministro relacionadas con la pandemia de COVID-19, las cuales repercutieron en los embarques a China, el mayor receptor del mangostán tailandés. Con un valor unitario promedio de exportación de USD 1 700 por tonelada para los embarques de Tailandia a China en 2020 —casi 30% más que en 2019—, el mangostán es una de las frutas tropicales más valiosas comercializadas a nivel mundial. Las importaciones por parte de la Unión Europea también se redujeron por las alteraciones del suministro relacionadas con la pandemia de COVID-19 y registraron una baja estimada de 10.6% en comparación con 2019. Por consiguiente, los datos preliminares indican una cantidad total de importaciones a nivel mundial de mango, mangostán y guayabas frescos de 2.1 Mt en 2020. Este estimado preliminar podría cambiar a medida que se disponga de mayor información.

Se prevé que la producción mundial de mango, mangostán y guayaba llegará a 84 Mt para 2030, con una tasa de aumento de 3.3% anual durante este periodo. Se espera que Asia, la región nativa del mango y el mangostán, representará 75% de la producción mundial en 2030, en comparación con 73% del periodo base. La razón primordial será el fuerte crecimiento de la demanda interna en India, el principal productor y consumidor de mango a nivel mundial, donde el aumento de los ingresos y los cambios asociados con las preferencias alimentarias serán los principales impulsores del crecimiento de la producción. Por consiguiente, se prevé que la producción de mango de India representará 43 Mt en 2030, o 51% de la producción mundial, y se destinará en gran medida a los mercados informales locales. En consecuencia, se espera que, durante el periodo de las perspectivas, India registre aumentos en el consumo per cápita de 3% anual para sumar 28.4 kg en 2030, en tanto se espera que el consumo total per cápita de Asia sume 14.6 kg para ese año, en comparación con 10.4 kg en el periodo base. Se prevé que las exportaciones mundiales de mango, mangostán y guayaba llegarán a casi 3 Mt en 2030, en comparación con 2.1 Mt en el periodo base, motivadas por la creciente demanda de importaciones en los mercados de importación establecidos y emergentes. Se espera que China, cuya producción interna de mango es comparativamente baja (2.2 Mt estimados en 2030), aumente sus importaciones 4.9% anual. Esto será motivado sobre todo por el fuerte incremento impulsado por los ingresos de la demanda china de mangostán, la cual se espera que se cubra predominantemente con el crecimiento de las importaciones de Tailandia, el mayor exportador mundial de esta fruta. Durante el periodo de las perspectivas, se espera que México, el principal proveedor de mango a nivel mundial, se beneficie de un mayor crecimiento de la demanda de importaciones por parte de su principal mercado, Estados Unidos, y registre un crecimiento de 4% anual en las exportaciones, para alcanzar una participación de 22% en las exportaciones mundiales en 2030. Se prevé que Tailandia, el segundo mayor exportador, y Brasil, el tercero, tendrán participaciones de mercado de alrededor de 12% para 2030, aunque estas se verán igualadas por las exportaciones en aumento provenientes de Perú.

Las exportaciones mundiales de piña resultaron fuertemente afectadas por los efectos adversos de la pandemia de COVID-19 en 2020. Los datos preliminares sugieren una cantidad total de exportaciones de 2.9 Mt en 2020, lo que corresponde a una baja de 13.4% en comparación con 2019. Los dos principales exportadores mundiales de piña —Costa Rica y Filipinas— experimentaron fuertes caídas en los embarques, −17% y −8%, respectivamente. Las exportaciones de Costa Rica resultaron afectadas primordialmente por la menor demanda de la Unión Europea y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, donde las importaciones bajaron 25% y 15% en comparación con 2019, respectivamente. Los cierres generalizados en el sector de la hostelería fueron un gran impedimento para la estructura característica de distribución de la piña. Mientras tanto, Filipinas tuvo una demanda considerablemente menor por parte de China y la República de Corea, dos grandes importadores de esta fruta proveniente del archipiélago. Estos dos países importadores habían aplicado medidas estrictas de confinamiento durante el año, lo cual obstaculizó las rutas de importación, ya que los puertos y los almacenes operaron con una capacidad seriamente reducida. En medio de estas dificultades, las importaciones mundiales de piña disminuyeron a un estimado de 2.8 Mt en 2020, lo que significa un descenso de alrededor de 9% en comparación con 2019.

Se prevé que la producción mundial de piña se incrementará 2% anual, para sumar 37 Mt en 2030, debido a una expansión de 1.8% de la superficie cosechada. Se espera que Asia siga siendo la principal región productora y represente 40% de la producción mundial; asimismo, la producción de esta fruta es considerable en Filipinas, Tailandia, India, Indonesia y China. El cultivo de piña en Asia seguirá satisfaciendo de manera predominante la demanda interna y se espera que crezca como respuesta a los cambios en el crecimiento demográfico y de los ingresos. Se anticipa que solo Filipinas, el segundo mayor exportador después de Costa Rica, exportará cerca de 20% de su producción. De igual forma, la producción de piña en América Latina y el Caribe, la segunda mayor región productora, con 38% de la producción mundial previsto para 2030, se verá impulsada sobre todo por las cambiantes necesidades de consumo de la población de la región, que va en aumento y es cada vez más próspera. Se espera que las exportaciones mundiales de piña crezcan 1.4% anual, para sumar 3.5 Mt en 2030, estimuladas primordialmente por la demanda de importaciones de Estados Unidos. Con importaciones previstas de 1.3 Mt en 2030 —equivalentes a 37% a nivel mundial—, se espera que el país norteamericano se mantenga como el principal importador, por delante de la Unión Europea, que representaría 22% de las importaciones mundiales. Se espera que, en estos dos mercados de importación clave, la demanda de piña se beneficie de los bajos precios unitarios y también, hasta cierto grado, de la introducción de más variedades nuevas de primera calidad.

Los datos preliminares indican que las exportaciones mundiales de aguacate bajaron ligeramente en 2020, 0.8% en comparación con 2019, para una cantidad total de cerca de 2.3 Mt. Los principales factores que impidieron alcanzar todo el potencial de este mercado antes boyante, que registró un incremento rápido e ininterrumpido durante más de una década, fueron las repercusiones de la pandemia de COVID-19 sobre las cadenas mundiales de suministro, así como la mala cosecha en México, el mayor proveedor de aguacate a nivel mundial. De acuerdo con lo anterior, México sufrió en 2020 una caída estimada de 8.1% en sus exportaciones, a 1.3 Mt. Mientras tanto, las condiciones meteorológicas favorables y las inversiones exitosas en el aumento de la producción estimularon significativamente el incremento de las existencias de Perú, Colombia y Kenya, tres exportadores emergentes de aguacate. Por consiguiente, los tres proveedores pudieron alcanzar un crecimiento de dos dígitos de las exportaciones en 2020, y juntos representaron cerca de 25% del total de las exportaciones mundiales. Las importaciones por parte de Estados Unidos, el mayor importador mundial de esta fruta, bajaron 14.3% estimado en 2020, debido a la combinación de una menor demanda por parte del sector de la hostelería y una menor oferta de México. Las importaciones hechas por la Unión Europea, donde el consumo fuera del hogar representa un alto porcentaje del consumo total de aguacate, bajaron 2.5% estimado en 2020, debido al efecto de la pandemia de COVID-19. De acuerdo con ello, la información provisional indica una contracción de 0.6% de las importaciones mundiales en 2020, a 2.1 Mt. Sin embargo, este estimado preliminar puede modificarse a medida que se disponga de mayor información.

El aguacate tiene el nivel más bajo de producción entre las principales frutas tropicales, aunque ha experimentado el crecimiento más rápido en los últimos años y se espera que durante el periodo de las perspectivas se mantenga como el producto de más rápido crecimiento entre las principales frutas tropicales. Por consiguiente, se prevé que la producción ascienda a 12 Mt para 2030, tres veces más que el nivel alcanzado en 2010. La amplia demanda mundial y los lucrativos precios unitarios de exportación siguen siendo los principales impulsores de este crecimiento y estimulan inversiones considerables en la expansión de la superficie, tanto en las grandes zonas de producción como en las emergentes. Hasta ahora., la producción de aguacate se ha concentrado en un pequeño número de regiones y países, y en la actualidad los 10 principales países productores representan casi 80% de la producción mundial, aunque están emergiendo con rapidez nuevas superficies de cultivo. No obstante, se espera que cerca de 74% de la producción de aguacate siga correspondiendo a América Latina y el Caribe, motivada por las condiciones favorables de cultivo de esta región. Se espera que, como respuesta a una demanda mundial en rápido crecimiento, el aguacate se convierta en la fruta tropical más comercializada para 2030 y sume 3.9 Mt de exportaciones, con lo que superará a la piña y al mango en términos de cantidad. Tomando en cuenta los altos precios unitarios promedio del aguacate, el valor total de las exportaciones mundiales de esta fruta sumaría un estimado de USD 8.3 Mm en términos de valor constante de 2014-2016, colocando así al aguacate como uno de los productos básicos frutales de mayor valor. Se espera que la producción en México, el mayor productor y exportador del mundo, aumente 5.2% anual durante los próximos 10 años, motivado por el continuo crecimiento de la demanda en Estados Unidos, el principal importador de aguacate mexicano. Por consiguiente, y a pesar de la creciente competencia de exportadores emergentes, se espera que México aumente aún más su participación en las exportaciones mundiales, a 63% en 2030. Se espera que Estados Unidos y la Unión Europea, donde el interés de los consumidores en el aguacate es alimentado por los supuestos beneficios del fruto para la salud, permanezcan como los principales importadores, con 40% y 31% de las importaciones mundiales en 2030, respectivamente. Sin embargo, las importaciones también aumentan con rapidez en muchos otros países, como China y algunas naciones de Oriente Medio, y, según se mide en el Índice Herfindahl-Hirschman de todos los importadores, la concentración de las importaciones disminuye paulatinamente.

Los datos preliminares indican un aumento de las exportaciones mundiales de papaya de 17.5% en 2020, para sumar cerca de 0.40 Mt. Las principales razones tras esta importante expansión son la oferta considerablemente mayor por parte de Brasil y la continua recuperación de los descensos de la producción relacionados con el clima registrados en México en 2017 y 2018. Así, Brasil, un exportador en expansión, alcanzó el segundo lugar en la oferta mundial de papaya en 2020, con una cantidad total de 0.096 Mt, después del crecimiento de las exportaciones de más de 115% alcanzado en 2019. Mientras tanto, México, el mayor exportador mundial de esta fruta, aumentó sus embarques aproximadamente 4.6% estimado en 2020, a cerca de 0.17 Mt. Prácticamente 99% de los suministros de papaya mexicana se exportan a Estados Unidos, país que, en consecuencia, se clasifica como el mayor importador de papaya a nivel mundial, con una cantidad de importación estimado de 0.18 Mt en 2020, lo que representa un incremento de 1.1% en comparación con 2019. Ahora bien, las importaciones por parte de la Unión Europea sufrieron una baja estimada de 4% en 2020, para totalizar cerca de 0.035 Mt, dadas las alteraciones debidas a la pandemia de COVID-19 en el transporte aéreo internacional, que demostró ser particularmente nocivo para los envíos de papaya, fruta de carácter muy perecedero, a lugares distantes.

Se prevé que la producción mundial de papaya aumentará 2.5% anual, a 18 Mt en 2030. Se espera que el crecimiento más fuerte se registre en Asia, la principal región productora a nivel mundial, y que la participación de este continente en la producción mundial se eleve a 60% para 2030. Se prevé que India, el mayor productor del mundo, incrementará su producción de papaya a una tasa de 3.0% anual, con lo que ampliará su participación en la producción mundial a 49% hacia 2030. El crecimiento demográfico y de los ingresos serán los factores que más explicarán este aumento, ya que se espera que el consumo per cápita de papaya en India alcance 5.9 kg en 2030, 4.5 kg más que en el periodo base. Las exportaciones mundiales se verán determinadas de manera predominante por el aumento de la producción en México, el mayor exportador mundial de papaya, y por la mayor demanda de los principales importadores —Estados Unidos y la Unión Europea—. Sin embargo, un gran obstáculo para una ampliación importante del comercio internacional sigue siendo el carácter altamente perecedero de la fruta y su fragilidad para el transporte, lo cual la convierte en un producto problemático para surtir a destinos lejanos. Las innovaciones en la cadena de refrigeración, el empaquetado y el transporte prometen facilitar una distribución más amplia de la papaya, en particular en vista de la creciente demanda por parte de los consumidores de frutas tropicales en el mercado de importación.

Más allá de las repercusiones de la pandemia de COVID-19, prevalecen varias amenazas importantes para la producción, el comercio y el consumo mundiales de banano y de las principales frutas tropicales. Los efectos del calentamiento global generan sequías, inundaciones, huracanes y otros desastres naturales que dificultan y encarecen de manera creciente la producción de estos productos. A causa del carácter perecedero de las frutas tropicales en sus procesos de producción, comercio y distribución, los retos ambientales y la insuficiencia de infraestructura siguen representando un peligro para su producción y suministro a los mercados internacionales. Se trata de una dificultad particularmente fuerte, ya que la inmensa mayoría de las frutas tropicales se producen en entornos remotos e informales, desconectados de las principales rutas de transporte, donde el cultivo depende mucho de las precipitaciones y es susceptible a los efectos adversos de los fenómenos meteorológicos, cada vez más erráticos.

Ante el aumento de las temperaturas, se observa la propagación más rápida y más grave de plagas de las plantas, como sucede, por ejemplo, con el hongo vegetal Fusarium que marchita el banano. La cepa en proceso de expansión de la enfermedad, descrita como Raza Tropical 4 (TR4), plantea riesgos especialmente altos para las reservas mundiales de esta fruta, ya que puede repercutir en una gama mucho más amplia de cultivares de banano y plátano que otras cepas del Fusarium que causa marchitamiento. Por otra parte, pese a algunos adelantos en la ingeniería de variedades resistentes, por ahora no se cuenta con un fungicida u otro método de erradicación eficaces. De acuerdo con información proporcionada de manera oficial, en la actualidad el TR4 está confirmado en 23 países, predominantemente en Asia meridional y sudoriental, aunque también en Oriente Medio y América Latina, donde Colombia informó del primer caso de infección en agosto de 2019 y Perú en abril de 2021. Una evaluación reciente del posible impacto económico de la enfermedad TR4 sobre la producción y el comercio del banano a nivel mundial demostró que un aumento en la propagación del hongo implicaría, entre otras cosas, una pérdida considerable de ingresos y de empleos en el sector bananero en los países afectados, así como costos mucho más altos para el consumidor en los países importadores en grados diversos, según la propagación real de la enfermedad.4 De igual manera, podrían desarrollarse nuevas especificaciones del modelo y utilizarlas para investigar los efectos de los cambios relacionados con el clima sobre la superficie mundial de frutas tropicales, los cambios en los rendimientos reales y asequibles, así como el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes sobre la producción y el comercio.

Notas

← 1. Tipos de legumbres: frijol seco, habas secas, guisantes secos, garbanzos, arvejas de vaca, guandúes, lentejas, judías bambara, vezas, altramuces y legumbres menores (no especificados en otras partes).

← 2. Por ejemplo, en Francia, el mayor consumidor de aguacate en la Unión Europea, se informa que un tercio de la oferta total de aguacate se consume fuera del hogar (www.fruitrop.com/en/Articles-by-subject/Direct-from-themarkets/2020/The-impact-of-covid-19-measures-on-fruit-and-vegetablesdistribution-in-France).

← 3. Los sistemas internacionales de clasificación de productos básicos para la producción y el comercio no requieren que los países informen por separado sobre las frutas que pertenecen a este grupo, por lo que la información oficial sigue siendo escasa. Se estima que, en promedio, el mango representa alrededor de 75% del volumen total de producción, la guayaba 15%, y el mangostán, el 10% restante.

← 4. En 2019 se llevó a cabo una simulación alternativa para evaluar el posible impacto económico de la enfermedad de marchitamiento por Fusarium del banano, Raza Tropical 4, sobre la producción y el comercio mundiales de dicha fruta. Los resultados de este escenario se publicaron en el ejemplar de noviembre de 2019 de la publicación bianual de la FAO, Perspectivas alimentarias (http://www.fao.org/3/ca7472es/ca7472es.pdf).

Metadata, Legal and Rights

Tanto este documento, así como cualquier dato y cualquier mapa que se incluya en él, se entenderán sin perjuicio respecto al estatus o la soberanía de cualquier territorio, a la delimitación de fronteras y límites internacionales, ni al nombre de cualquier territorio, ciudad o área. Los fragmentos extraídos de las publicaciones pueden estar sujetos a descargos de responsabilidad adicional recogidos en la versión completa de la publicación que se encuentra disponible en el enlace suministrado.

© OCDE/FAO 2021

El uso del contenido del presente trabajo, tanto en formato digital como impreso, se rige por los términos y condiciones que se encuentran disponibles en: http://www.oecd.org/termsandconditions.