Financiación de la salud a partir de gasto de bolsillo, esquemas de pago voluntario y fuentes externas

El gasto privado en salud se refiere al gasto en salud proveniente de agentes no públicos, y suele dividirse entre el gasto de bolsillo en salud (GBS), los esquemas de pago voluntario, y las fuentes externas. El GBS se refiere a los pagos efectuados para costear directamente la atención de la salud, mientras que los esquemas de pago voluntario se refieren al pago de primas de seguros privados que ofrecen cobertura para los servicios de proveedores privados. Los recursos externos incluyen los fondos para salud recibidos de diferentes donantes o fuentes similares.

En promedio, la participación porcentual del GBS es de 34% en la región de LAC, muy por encima del promedio de la OCDE, que es de casi 21% (Figura 6.8). El GBS más elevado se observa en Venezuela (63%), seguida de Guatemala (54%) y Granada (52%), los tres países que superan el 50% en la región. En el otro extremo, sólo cinco países están por debajo del 20%: Cuba (10%), Argentina (16%), Colombia (16%), Jamaica (17%), y Uruguay (17%).

El GBS como porcentaje del gasto en salud ha disminuido 1,5 puntos porcentuales entre 2010 y 2017 en LAC (Figura 6.8). La mayoría de los países reportaron una disminución en dicho período. La disminución fue mayor en Nicaragua (-11,86) y Santa Lucía (-12,1). Sin embargo, once países experimentaron aumentos en el GBS, encabezados por Venezuela (+20,07) y Antigua y Barbuda (+10,71). Se considera que el GBS superior al 20% del gasto corriente en salud es problemático, ya que indica una alta vulnerabilidad a los gastos catastróficos por motivos de salud al momento de una emergencia médica. En la sección sobre “Protección financiera” del presente Capítulo se examina el grado en que las poblaciones de LAC están en riesgo de caer en la pobreza a causa de los gastos catastróficos por motivos de salud.

La Figura 6.9 muestra que el gasto en salud por medio de esquemas de pago voluntario representó como promedio el 8% del gasto corriente en salud en LAC, por encima del promedio de la OCDE de 5,5%. Esta participación se incrementó en la mayoría de los países entre el 2010 y el 2017, sobre todo en Antigua y Barbuda, donde aumentó 12,5 puntos porcentuales. En cambio, en Uruguay y Jamaica disminuyó en más de 7 puntos porcentuales. Un poco menos del 1% del gasto corriente en salud provino de los esquemas de pago voluntario en Dominica, mientras que fue el más alto en, Brasil (30%), Bahamas (25%) y Venezuela (21%), los únicos tres países que superaron el 20%. El seguro médico privado es una fuente significativa de cobertura secundaria en la mayoría de los países, ya sea para complementar la cobertura de bienes y servicios no incluidos en el paquete básico de prestaciones, complementar la cobertura al cubrir costos o duplicar la cobertura para aquellos pacientes que buscan atención privada.

La porción del gasto en salud que proviene de fuentes externas es baja en toda la región: menos del 1% en 19 de los 30 países que disponen de datos. Sin embargo, es fuente de financiación muy importante en Haití (más del 43%), lo que ilustra la dependencia del país en relación con los recursos externos procedentes de diversos donantes (Figura 6.10).

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