Prólogo

En general, los países de la OCDE han mejorado la calidad de sus servicios de salud, pero a un precio alto; en 2016 ascendió a 9% del producto interno bruto (PIB), en promedio. Aunque la atención de la salud también ha mejorado en México, el país obtiene sistemáticamente una calificación baja en gasto en salud, un factor confiable que determina el estado de salud de una población. Es más, justo por encima de 50% del gasto total en salud, el porcentaje de financiamiento público para la atención de la salud en México es el segundo más bajo de la OCDE. Sumado a eso, México enfrenta desafíos sociales apremiantes que tienen implicaciones de peso para la salud, como el envejecimiento de la población, la contaminación, los estilos de vida sedentarios y la obesidad. Para mejorar la optimización de recursos y reducir las desigualdades en salud, es necesario que el país invierta más en programas rentables que incidan en los factores personales, ambientales y sociales que determinan la salud. Esto incluye servicios públicos más eficientes que utilicen los presupuestos de salud con mayor eficacia, en particular, los recursos públicos.

Como la contratación pública es uno de los mayores gastos gubernamentales en los países de la OCDE (alrededor de una tercera parte del total del presupuesto público), cada vez se reconoce más que es un medio para garantizar la eficiencia y eficacia en la prestación de servicios públicos. En el sector salud, la contratación pública de bienes, servicios e infraestructura contribuye, sin excepción, a satisfacer las necesidades de los pacientes, desde recibir medicamentos eficaces y baratos hasta ser hospitalizados en las condiciones más adecuadas.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es el instituto de seguridad social más grande de América Latina. Como organismo fundamental del sistema de salud de México y el mayor comprador público procura ser un líder en el uso estratégico de la contratación pública. Recientemente el IMSS le pidió a la OCDE que verificara su progreso en la aplicación de las recomendaciones de política pública que anteriormente le había hecho sobre la integridad y eficiencia de su marco de contratación. También le solicitó que evaluara sus estrategias y prácticas de contratación respecto a las Recomendaciones del Consejo de la OCDE sobre Contratación Pública de 2015.

El Segundo estudio de la OCDE sobre contratación pública en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Rediseñando las estrategias para mejorar el cuidado de la salud es el resultado de una revisión efectuada por expertos de la OCDE sobre gobernanza pública. Estas revisiones ayudan a los gobiernos a diseñar e implementar —en todos los niveles— políticas estratégicas, documentadas e innovadoras, para fortalecer la gobernanza; reaccionar con eficacia a desafíos económicos, sociales y ambientales perturbadores y diversos; y cumplir sus compromisos con los ciudadanos.

El IMSS ha logrado progresos importantes en la transformación de sus operaciones de compras. Aumentó la eficiencia al crear una función de contratación sólida que se adapta a su estructura orgánica. Ha dirigido con éxito el mayor esquema de compras en el sector público mexicano, no solo al ahorrar más de MXN 14 000 millones entre 2013 y 2016 en beneficio de todas las instituciones participantes, sino también al apoyar el crecimiento de la productividad con un aumento de 18% entre 2012 y 2017 en el número de medicamentos adquiridos con la misma cantidad de recursos. Gracias a un sistema de gestión de riesgos consolidado, el IMSS también soluciona problemas sistémicos en materia de salud y contratación, como el fraude, la corrupción y el derroche de fondos públicos.

Junto a este progreso, existen otras vías para que el IMSS logre la excelencia en la contratación y brinde servicios de salud eficaces a los ciudadanos. Por ejemplo, podría aprovechar mejor los datos sobre contrataciones al formular sus futuras estrategias de compras. Al comparar otras estrategias de contratación y sus efectos a largo plazo, el IMSS también podría garantizar beneficios continuos. El Instituto podría contribuir más a lograr las prioridades nacionales, como un mejor acceso a los servicios de salud, al hacer coincidir las estrategias de contratación con las políticas de salud nacionales. El IMSS también puede crear mecanismos para atraer más a los mercados públicos a las pequeñas y medianas empresas, por ejemplo, al fraccionar contratos en lotes o ampliar los periodos de licitación, contribuyendo así a un crecimiento incluyente.

En los últimos años, el IMSS logró avances importantes al reformar su función de contratación para tratar algunos de sus desafíos más apremiantes. Sin embargo, aún quedan incontables oportunidades para que el IMSS abogue por el sistema de salud mexicano y reconfigure sus políticas de contratación.

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Angel Gurría

Secretario General de la OCDE