La crisis ocasionada por la pandemia de COVID-19 en el 2020 tuvo un efecto devastador en la economía de Perú, generando una caída del producto interno bruto (PIB) del 11% anual. De acuerdo con las últimas estimaciones internacionales comparables, la tasa de pobreza aumentó más de seis puntos porcentuales con respecto al año anterior, elevándose al 21.9%, mientras que en la región de América Latina y el Caribe (ALC) el aumento fue de menos de cinco puntos porcentuales, alcanzando el 30.9%. En los años anteriores a la pandemia, el gasto público en salud representaba el 4.9% del PIB, 0.2 puntos porcentuales más que en 2010. Este porcentaje es inferior al correspondiente a los países de la región de ALC (6.8%) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (8.8%), los cuales experimentaron un ligero aumento similar. En el 2020 el 41.3% de los peruanos consideraban que la atención sanitaria era de buena calidad, un porcentaje inferior al de la región de ALC (48.2%) y la OCDE (70.7%). Entre marzo de 2020 y mayo de 2021, las escuelas han estado totalmente cerradas durante 26 semanas, el mismo tiempo que en la región de ALC y más que en la OCDE (15 semanas). La interrupción de la educación resultó especialmente dura para los niños debido a la ausencia de aprendizaje en línea efectivo, que solo estaba presente en el 24.0% de las escuelas, frente al 32.5% en la región de ALC y el 54.1% en la OCDE.