La protección civil es clave para garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos y para construir una resiliencia económica y social ante los desastres. Una buena protección civil puede literalmente hacer la diferencia entre la pérdida o salvación de vidas así como en el tiempo de recuperación que la sociedad y la economía requerirían después de eventos de gran magnitud. México, un país expuesto a constantes tormentas tropicales, poderosos sismos y devastadoras inundaciones, ha sido pionero en este campo. El Sistema Nacional de Protección Civil es un servicio público esencial que depende de una mezcla única de capacidades institucionales y de recursos de coordinación a través de todos los niveles de gobierno.

Durante los últimos 25 años, el SINAPROC ha logrado mejoras significativas, sobre todo en sus capacidades de planeación, respuesta y recuperación. Sin embargo, al igual que muchos países miembros de la OCDE, actualmente percibe la necesidad de cambiar su enfoque concentrándose en la prevención de riesgos. El propósito de este enfoque previsor es detener o reducir los daños antes de que ocurran y es compatible con darle un lugar preponderante a la adaptación al cambio climático en la visión estratégica del país en materia de desarrollo. Estas mejoras han gozado de un sólido apoyo político a nivel federal y del compromiso de la mayoría de los actores involucrados en el SINAPROC, lo que debería continuar para incrementar los niveles de resiliencia, yendo a la par con el incremento de las vulnerabilidades económica y social.

México está expuesto a una amplia variedad de peligros causados por fenómenos naturales. Es una de las áreas en el mundo donde ocurren de manera más frecuente tanto sismos como tormentas tropicales. Este capítulo presenta los principales peligros a los cuales el país está expuesto: sismos, tormentas tropicales, inundaciones y otros peligros adicionales causados por fenómenos naturales, haciendo referencia a la vulnerabilidad social y económica a dichos peligros en todo el país.

El Sistema Nacional de Protección Civil de México se basa en un marco jurídico y normativo integral. En este capítulo se analizan los principales ejemplos del avance logrado, se destacan los logros más importantes que apuntalan las fortalezas operativas y estratégicas del sistema en la actualidad y al mismo tiempo se identifican las oportunidades de mejora. Se analizan los retos de la coordinación a través de los tres niveles de gobierno, así como los marcos institucionales a nivel local. Por último, se analizan las oportunidades que ofrece la nueva Ley General de 2012 para la Protección Civil, así como sus implicaciones en términos de retos para su implementación.

En este capítulo se analiza el progreso que se ha hecho desde 1986 para producir evaluaciones de riesgos confiables y escalables para los riesgos más serios que enfrenta México. Esto incluye esfuerzos para producir mapas basados en sistemas de información geográfica para los peligros causados por sismos, huracanes e inundaciones y que se superponen a los activos de la población e infraestructura expuestos a los mismos. La responsabilidad de la evaluación de riesgos en la planeación e implementación de políticas de protección civil a menudo se reparte entre diferentes organismos y niveles de gobierno. Por tanto, en este capítulo también se examina cómo el Sistema Nacional de Protección Civil apoya el desarrollo y el uso de métodos de evaluación de riesgos consistentes para garantizar resultados similares entre los diferentes niveles de gobierno.

En este capítulo se analizan la prevención del riesgo de desastre y las actividades de mitigación, incluidas las medidas estructurales (tales como presas y diques) y medidas no estructurales (tales como planeación del uso de suelo, reglamentos de construcción, reubicación de la población, creación de conciencia pública acerca de riesgos y sistemas de alerta temprana). Estas medidas son consideradas en términos de su importancia para lograr el objetivo de protección civil de México enfocado a reducir los daños de desastres a largo plazo. En él se examinan los retos de gobernabilidad subyacentes a la aplicación efectiva de las medidas clave para la reducción del riesgo de desastre, así como la necesidad de basar las políticas de prevención en una identificación y evaluación de riesgos precisa y actualizada periódicamente.

Este capítulo se centra en los avances del SINAPROC en cuanto a las estructuras institucionales eficientes para los planes de contingencia y la comunicación interinstitucional para apoyar los planes contra desastres. La respuesta y la preparación eficaces son los pilares de la protección civil y las capacidades fundamentales que contribuyen a un enfoque integral para la gestión de los riesgos de desastres. La preparación eficiente para los desastres en gran escala exige que las instituciones elaboren planes de emergencia que sean coherentes y operativos entre sí. Los servicios de protección civil de distintos organismos en los diferentes niveles de gobierno deben poder comunicarse con eficacia y trabajar de manera coordinada y eficiente, tanto antes de una contingencia como durante ésta, lo que implica realizar simulacros e impartir capacitación periódica en forma conjunta, así como establecer fuertes vínculos con organizaciones que participan durante las fases previas al desastre en el ciclo de la gestión del riesgo de desastres.

Las políticas públicas enfocadas en limitar el impacto social y económico de los desastres a largo plazo son componentes esenciales de un enfoque integral de la protección civil. Este capítulo analiza las prácticas de apoyo para la planeación de la continuidad, la recuperación temprana y la reconstrucción de los negocios. En él se examinan las acciones de los sectores clave para mantener las operaciones, y las políticas públicas de apoyo a las familias de bajos ingresos afectadas por desastres. También se describen los cambios realizados gradualmente para afinar los mecanismos de transferencia de riesgos innovadores de México para financiar la reconstrucción de la infraestructura pública a través del fondo de reconstrucción de desastres FONDEN. Este mecanismo financiero específico se adapta a la alta exposición del país a los peligros.

La cooperación internacional juega un papel importante en una protección civil integral dado que los riesgos no reconocen las fronteras. En este capítulo se analizan las bases para la cooperación internacional en el Sistema Nacional de Protección Civil de México, identificando buenas prácticas de cooperación transfronteriza entre México y sus países vecinos en áreas tales como la prevención de riesgos, el intercambio de datos para la operación de sistemas de alerta temprana y la preparación por medio de capacitación y ejercicios conjuntos. De igual manera, considera un contexto más amplio de cooperación internacional incluyendo la provisión, la recepción y la distribución de asistencia humanitaria hacia y desde otros países en el periodo inmediatamente posterior a un desastre, así como el papel emergente de México como donante de asistencia humanitaria.