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  • Las micro, pequeñas y medianas empresas (PYMEs) son un componente fundamental del tejido social y económico de América Latina y el Caribe. Las PYMEs proporcionan empleos, ingresos, bienes y servicios a millones de familias. De hecho, pequeñas tiendas, restaurantes y talleres forman parte del paisaje en toda la región. En este sentido, las PYMEs tienen un papel clave que desempeñar, ya que la región enfrenta el desafío clave de aumentar la productividad. Las PYMEs y los empresarios también son importantes contribuyentes a la innovación y el dinamismo en la región. Estas empresas serán esenciales para que la región logre economías más competitivas, sociedades más inclusivas y para cerrar la brecha existente con otras regiones dinámicas, como Asia emergente. Las PYMEs también serán clave para que los países de la región escapen de la llamada "trampa del ingreso medio" y alcancen economías diversificadas, que agreguen valor y dependan menos de los bienes primarios.

  • Este estudio es el resultado de un período de más de dos años de colaboración entre la OCDE, CAF y el SELA, en respuesta a la gran demanda de responsables de políticas en la región de América Latina y el Caribe de obtener asistencia para aprovechar mejor la política PYME como herramienta para el desarrollo económico sostenible.

  • El desarrollo de las PYMEs es una clara prioridad para las autoridades responsables de formulación de políticas públicas en América Latina y el Caribe, incluyendo las siete economías evaluadas en el presente estudio (Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, y Uruguay=). Esto no resulta sorprendente, ya que la gran mayoría (99.5%) de las empresas de la región son PYMEs, y casi nueve de cada 10 compañías son clasificadas como microempresas, y las PYMEs son importantes generadores de empleo a nivel regional (60% del empleo productivo formal). Sin embargo, aunque es un fenómeno global normal que las PYMEs muestren niveles de productividad más bajos que las grandes empresas, las PYMEs latinoamericanos sufren una brecha de productividad particularmente significativa, en vista de que representan sólo una cuarta parte del valor de la producción total de la región. Esta diferencia es particularmente importante en el caso de las empresas de menor tamaño: las microempresas latinoamericanas representan alrededor del 3.2% de la producción, mientras que en Europa aportan seis veces más (20% del PIB) a pesar de que tienen una participación similar en términos de la fuerza laboral que emplean. Además, todos los países participantes en este informe tienen que hacer frente a la presencia de un gran sector informal como parte integral de la estructura económica y del sector PYME, con amplias repercusiones en el desarrollo social y económico de la región.

  • Durante las dos últimas décadas la región de América Latina y el Caribe ha registrado un crecimiento económico relativamente dinámico, por arriba del promedio de la OCDE, aunque menor al de otros países emergentes como los de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Dicho crecimiento, que en muchos casos ha sido influido por los niveles de producción y de precios de productos básicos como los minerales, el petróleo y los alimentos, ha permitido la reducción de la pobreza extrema (de 29% al 16% entre 2000 y 2014) y pobreza moderada (del 17% al 14% para el mismo periodo) (OCDE, BID, 2016[1]).

  • Esta sección ofrece una visión general de la metodología de evaluación del Índice de Políticas PYME (SME PI, por sus siglas en inglés).

  • Los países AL7 (Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay) dedican importantes esfuerzos a las políticas para las PYMEs y al desarrollo del sector privado, identificándolas como áreas cruciales para el crecimiento sostenible e inclusivo y el empleo. En particular, han hecho notables esfuerzos para crear un marco institucional para las políticas PYME, establecer una amplia variedad de servicios de desarrollo comercial y empresarial, y aprovechar a las PYMEs en los esfuerzos de transformación productiva. Los resultados de la evaluación indican que los países AL7 deben redoblar sus esfuerzos a este respecto, y al mismo tiempo intensificar sus esfuerzos de política a fin de aprovechar las oportunidades de aumentar la integración regional, los grandes mercados nacionales, las poblaciones jóvenes y una clase media emergente. En este sentido, también será importante redoblar esfuerzos para responder a los desafíos generalizados de la baja productividad y la alta informalidad entre las PYMEs (especialmente las empresas más pequeñas), los altos niveles de desigualdad y la necesidad de pasar a actividades con mayor valor añadido.